!BIENVENIDO¡
Les presento a mi amigo Karviter el vive en la Costa Este,
nacio en Colombia. Es un excelente pintor, escritor,
actor ... tiene un sentido del humor increible
y los dejo con el para que disfruten
de sus escritos...
DIEZ MANDAMIENTOS
(para la conservación de la salud)
Con singular aprecio: Karviter
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1o.
Cuida tus nervios. De otra manera todas las medidas sanitaria quedarán sin efecto.
2o.
Reparte tu tiempo y trabajo con Inteligencia, reservándote una hora de completo descanso en el curso del día.
3o.
Separa una hora para tí solo. Esto es indispensable para restablecer las energías y comulgar con nuestro Espíritu.
4o.
Evita lo Inútil. No te hagas la vida difícil con sutilezas. Reserva tus fuerzas para los momentos importantes.
5o.
No creas que tu tienes que hacer todo personalmente; utiliza en cuanto puedas la ayuda de la Industria y la Técnica.
6o.
Evita enfadarte. En la mayoría de los casos no vale la pena.
7o.
No pierdas el control sobre tí mismo. No te abandones, porque eso te perderá.
8o.
Acostúmbrate a estar Alegre; combate el malhumor. Así economizas el desgaste de tus nervios y los de tu prójimo.
9o.
Cultiva los pensamientos agradables y acuérdate de algo hermoso, cuando el trabajo te agobie.
10o.
Distribuye simpatía y Amor, en cuanto puedas.Eso es Capital que rinde Réditos.
por la copia:
Karteman.
Carlos Julio Duarte M.
Pamplona Col. 1930-1940
Recopilación de la Biblioteca Familiar
por Karviter. Buffalo New York -1998-
DIEZ MINUTOS ANTES DEL FIN .......!
Todo comenzó, el mismo Domingo aquel cuando la gente salia
de hacer sus cuitas de Oraciones breves, sus diferentes cultos,
con Pastores y guias pseudo-exotéricos de genialidad y recogimiento,
para esperar el momento de renovación humana, ya descrito en libros
que fueron repartidos el domingo próximo pasado.
Todo transcurría casi en la misma tonalidad de los demás festivos,
más en el Paranifo Musical, se presentaba por vez primera
una sinfónica de Oboes, Gaiteros, castañuela y maracas,
pitos raros y otros instrumentos
que habían sido el primer comentario curioso, en el momento
que alguien voluntario o nó, había hecho énfasis en el proscenio
de dicho Teatrillo.
Hubo unos cortos momentos de suspenso, arremolinados junto a los
paneles que separaban las muevas noticias de los diarios, se oían en
regular forma el primer escándalo con la alertada frase, OIGAN:::
decían los voceros,- la prensa anuncia los DIEZ MINUTOS PARA
LLEGAR EL FIN de nuestro mundo....!-
Varios no hicieron caso, otros se arrodillaron de pies a cabeza y con
manos y dedos antrelazados, con lágrimas inmensas que rodaban por
mejillas ignorantes percataron la realidad, de la exterminación de los
humanos y humanoides, y de los seres, personas , animales y cosas,
que aún permanecían en éxtasis.
La hecatombe no fijó las esperas, y brotó del centro de la plazueleta
repleta de setos, pinos y flores de colores chillones y verdes con tres
perfumes emparamados. Luego el piso medio enlajado con entreveros
de ladrillo arcaico, en anaranjado movimiento simulaba una gran áncora
de arcilla, con inmensas manos de un experto alfarero.
No hubo caos, solamente sucedieron etapas que yo apreciaba, muy bien
parapeteado en unos andamios metálicos que servían para la reparación
del Museo y teatro local, y lograba ver las inmensas colas observando el
panorama Mundial a travez del Informativo, que sería el último, en las
pantallas de TV. Veia a los anunciantes que repetían con libros sagrados
sobre el inminente Fin de todos los tiempos. Y tan cierto que parejas que
antes revivían sus necedades del eros, suspendieron al momento, y recorda-
ron en lenguaje semi-mudo sobre la urgencia de tomar el Tren más proximo
que medio atestado de gente incauta y creyente, buscaba salida.
Lo más curioso fué la situación de la Banca y Finanzas, que los Gerentes de
las casas prestamistas determinaron devolver las cuentas a grito Pelao:
Hey, estamos regresando su dinero Vengan TODO$ ya. AHORA mismo!!
sin pérdida de tiempo, hicieron cola en orden alfabético, de atras pa´lante
cruzandose en zig-zag, unos esquivando las mangueras que los Bomberos
de voluntad franciscana ingeniaban el conectar para apagar las primeras y
quemantes llamas que trataban de devorar la primera escalinata del Teatro;
Y allí tres músicos con sus bombardas y helicones esperaban el turno para
el examen riguroso para entrar como músicos de profesión en el Orfeón
dominical. Y giraban a medida que la gente recorria por sus lados, y mas
bien parecían Barcos undidos de cabeza y con su hélice en popa.
Ratones inmensos, gatos y especies ditirámbicas se avalanzaban por entre
las cañerías que desquebrajadas dejaban ver lo que recorría en un tiempo
que pasó en una madrugada de otro día. Los buses sin los párvulos en su
ruta con capacetes amarillo-cromos y cinabro, serpenteaban por las abruptas
calles donde los animales de dudosa ortología, los transeúntes de diversas
nacionalidades, se rebuscaban entre los inmensos directorios telefónicos y
pezcando una cabina desocupada, par llamar a sus congéneres que estaban
ortodrómicos por la situación del globo terráqueo.
Qué espectáculo, era ni mas ni menos que ver un inmenso cuadro hecho
en Cadaquéz por Dalí, con ayuda y dirección del Bosco, pero en vez de
ser en las Delicias, era el Fin del Mundo diez minutos antes que los claros
clarines y el etéreo Cortejo anunciara con las enaguas grandes de los mansos
Angeles y arcángeles que entonaban sus traviatas y sus anuncios fúnebres
dando la trompeta sus altas notas de largas redondas y pissicatteando las
semifusas muy parecida a la Partitura incólume que dejaron en inconcluso
el conjunto musical de Gaiteros, allá en la destrozada plazueleta, ya sin los
pinos, sin los setos, tan solo con miles de bandadas de ortópteros que
milagrosamente danzaban la última fiesta del aquelarre nupcial, del último
zángano perezoso, ese mismo que vivió en el panal que por muchos años
estaba en los alares de las construcciones musicales, y que ahora son los
escombros terrenales donde la osamenta con diversos cráneos confusos
tratan de localizar sus correspondientes húmeros y tibias, allá en el centro
medio centrífugo y temblativo piso convertido en la chatarra mas grande
que gira columpiándose en el Universo, y que a cada giro cerca al Sol,
va vomitando confusas madejas de elefantiasis desbaratada o con remiendos
de paneles de metal ahumado, mugriente y de tendencia supra-realista con
tintes de incolores y abstractas formas que se van perdiendo en el espacio
para reposar en el Museo supra-sónico del Infinito calendario,hasta la
inevitable consumación de los siglos. de los siglos.....oh!......s i g l o ssss!.
Con énfasis semi-clarividente.
Karviter.1998.
Marque ya tu destino
Entrevere en la piel
Y cuando llegue el mañana
Karviter |
Rememoración I (a)
Recuerdo de un último verano! - ay, no olvido los ventorrales, calor y fuego,
los diferentes soles que azotaba las praderas de pastizales en verde cromo,
mitad sombrío, y mitad soleado.-
Todo universo giraba raudamente y, mi cabello fustigaba mi frente, que se entreveraba con el vaiven de hojas de arce, que aureolaban mi estampa.
Debajo de un arbol mediano, me puse cómodo, y vino el recuerdo de mis viajes,
de mis poemas recientes; recordaba a la vieja Higuera que me regalaba sus hojas secas, para que en ratos de ocio y de empedernido fumador, lograra maceralas
en mitad miel y mitad vainilla, y luego tacar y rellenar mis viejas pipas.
Sentía un hálito de inspiración, mientras el humus atrevido, cegaba mis pupilas
temporalmente, y hacía ruedos con Eólo, ensortijando el ambiente.
Venían y se iban los recuerdos, y como si estuviera en espera de una pauta inmensa, para rehacer un nuevo viaje.
Rememoración I (b)
Posaba frente al alféizar único y sombrío, alguna que otra madrugada, casi siempre veia en el firmamento los clásicos nubarrones semidormidos y que aparentaban ser como la aurora boreal, pero en ralidad eran simplemente unos cuantos cirros, medio dormitando con cúmulos matutinos que despeinados seguían el aire de lento porvenir, y luego se veia caer lentamente la pijama
celeste hacia el más lejano horizonte que se duchaba con los primeros rayos
de un gigante sol, que asomaba cerca de su acostumbrada madrugada.
A otro momento, un llanto impertinente de una de mis últimas hijitas, reclamaba
mi compañía, y dejando el amanecer huérfano de mis ojos, la calmé con las
caricias de mis burdas manos por su cabellera y dejarla que retomara su
dormitado momento hacia el angelical sueño que la esperaba. mas luego, y más
ausente de mi alféizar, rebusque el alba, y ya aclarando el lugareño despertar,
me dirigí hasta el pequeño ático para ver mas de cerca el amanecer, que en
lontanza, nacía y parecía sonreirme con una alegría de crisálida inmensa.
Recordé en dicho momento sobre el viaje inminente que había preparado dias
anteriores, pues debía viajar al viejo continente y cumplir con ciertas investigaciones; era importante viaje, pues necesitaba recopilar unas situaciones reales, para ubicarlas como un preámbulo dentro de mi nuevo libro que lanzaría
de inmediato a mi regreso. En cuanto a los temas, recordé que serían profusamente ilustrados, y los vivísimos editores describirían el convenio para
realizar el lanzamiento y sus pormenores. Despedir a mi familia, y salir con rumbo conocido de seis meses en la odisea, era el siguiente paso.
Siguió en forma pusilánime el mismo tiempo acercandose el parpadeo otoñal,
y pensaba en que al llegar la próxima estación, estaría quizás bien cómodo
en la clasica y malhumorada poltrona en beige ajada.
Y ya allí, leer, meditar, y combinar el deleite, y ver de nuevo el universo que gira
raudamente, y esperar un medio día para que el viento revolteé en mis sienes
y ver las hojas de arce que se columpiarían al travez de las ocasionales miradas
que se albergan de momento en aquellos bellos ratos cuando el recuerdo
invade furtivamente todos los pensamientos recamados con las ideas,allá,
bien adentro. Más allá del fondo del alma.
Buffalo, New York. Julio 1989.
Karviter89.
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GRACIAS por detenerte en los escritos de KARVITER