Maese Gonzalo, de Berceo Nonmado, nació hacia las postrimerías del
siglo XII, en el lugar de Berceo, que se halla en los límites de la
diócesis de Calahorra y el territorio de la abadía de San Millán de
la Cogolla, lugar cuyo nombre ha pasado a la posteridad por haber
sido la cuna de tan delicado poeta.
Poco se sabe acerca de él y su vida, pero pasa por cierto que tuvo
un hermano, maese Juan, que como él fue clérigo y nació en igual lugar.
De sus Padres, nada se sabe.
Mas sabido es que pasó sus primeros años en el vetusto
monasterio de San Millán de Suso, sin que se pueda precisar
si allí se hallaba como puesto por sus padres para recìbir
cristiana y ejemplar educación, según usanza de la época, o
en calidad de monacillo destinado al servicio de la religión.
Lástima es que tanto acerca de tan eximio poeta como de tantos
otros, se esté falto de datos precisos, pues los poquísimos que
se tiene son deducidos de sus propias obras, en algunos de cuyos
pasajes alude incidentalmente a sí mismo, como en éste :
Gonzalo fue su nombre, quien hizo este tratado,
en San Millán de Suso fue de niñez criado,
natural de Berceo, ond' san Millán fue nado (nacido)
Por el cariño a estos lugares y sus glorias que toda la vida
el poeta mostró, los que de todo sacan partido para sus ideas
personales han pretendido poder deducir y aseverar que era monje
de aquella abadía, mas no hay pruebas eficientes en apoyo de
esta tesis. En cambio, parece ser que no cabe dudar de que fue
clérigo secular, pues aunque algunos lo han puesto en duda,
documentos hay en que aparece su nombre con el calificativo
de preboste, como en una sentencia pronunciada por don Juan,
abad de San Millán, en donde se puede ver que en la lista de
testigos, figuran: ... de Berceo, DON GONZALVO, don Aznar, don D.°,
don Esteban, prestes.
Esto es todo lo que se puede decir acerca de su vida.
Pero si ésta es casi desconocida, no cabe decir lo mismo de su
obra, pues que conocemos los preciosos poemas por él hechos
tomando como asunto la vida de los santos : Domingo de Silos,
Millán, Lorenzo, Oria virgen, y Auria virgen, a los que hay
que añadir su famoso poema de Alejandro Magno, el de los
Loores de Nuestra Señora, el de los Milagros de Nuestra Señora,
el Duelo de la Virgen María, etc.
De notar es la influencia que este gran poeta ha tenido en
la literatura universal, pues es a él, en occidente,
el verdadero padre del verso alejandrino, por ser este
metro el por él empleado para cantar las glorias del gran
Alejandro, que ha sido el adoptado por casi todos los grandes
trágicos posteriores a él, en sus principales composiciones:
en las literaturas europeas, y principalmente en la francesa,
en la cual, más que en ninguna otra, es el verso heroico por excelencia.
(Antología de los mejores poetas castellanos,
Rafael Mesa y López. Londres: T. Nelson, 1912.)

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