Yo se cómo se llama. Un día le dije "Te Quiero".
Es una flor de embelesos, mujer sin ningún pero;
hembra celestial, océano de encantos,
dulce torturadora de mis viriles instintos.
Sus volcanes son arpegios, dos notas en mi alma;
es miel, es cadencia pura. Ella esquilma
sonatas de chasquidos en clave angelical ...
entre sábanas tórridas con unción pre-nupcial.
Ella es certeza, es comprensión, es esa Vita
que anula a otras beldades, y nadie le quita
su sitial en mi mente con distancia imposible.
Hoy, cabalgando los caminos de una vida incierta
recuerdo sus caricias, su cuerpo memorable,
y subviviendo camino donde está: ¡Muerta!
Chicago, IL / Enero 14 - 2000

|